Rocky es una historia de un boxeador de un vecindario de Filadelfia quien es arbitrariamente elegido para pelear por el campeonato mundial de peso pesado.
Pero mucho más que eso, la forma en la que la historia es contada hace que nos importe, que nos involucremos, que apoyemos a un boxeador que se convierte en casi un héroe para nosotros. Y sí también es una historia de amor.
Si no has visto Rocky, definitivamente vale la pena verla no solo por haber ganado un Óscar a la mejor película en 1977, pero también está llena de momentos emocionantes como cuando Rocky entrenando, sube corriendo las escaleras del museo de arte de Filadelfia, salta en el aire y agita su puño hacia la ciudad… la clásica escena motivadora que te impulsará a ser una mejor versión de ti.
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